Las uñas encarnadas, también llamadas uñeros o uñas enterradas, son una afección bastante frecuente que puede provocar molestias significativas, desde dolor e hinchazón hasta infecciones en los casos más avanzados.
Como dermatóloga, he tratado numerosos casos de uñas encarnadas, y he visto cómo un abordaje adecuado puede marcar la diferencia entre convivir con molestias constantes y recuperar la comodidad en el día a día.
En este artículo, te explicaré las causas más comunes de la uña encarnada y el tratamiento más efectivo que ofrecemos en nuestra clínica dermatológica para resolverlas de manera definitiva.
Las uñas encarnadas, conocidas médicamente como onicocriptosis, son un problema común que afecta principalmente al dedo gordo del pie. aunque puede presentarse en cualquier dedo.
La uña encarnada ocurre cuando el borde de la lámina ungueal se curva y penetra en la piel que la rodea, generando una respuesta inflamatoria de la piel de alrededor. Como consecuencia aparecen síntomas como dolor, enrojecimiento, inflamación e incluso la aparición de pus si se desarrolla una infección secundaria.
Aunque en sus etapas iniciales puede parecer un problema menor, si no se maneja correctamente, puede complicarse y requerir intervención médica.
Existen múltiples factores que pueden contribuir al desarrollo de una uña encarnada, entre los que destacan:
El tratamiento de la uña encarnada dependerá de la gravedad del caso. En casos leves, se pueden intentar medidas conservadoras, mientras que en casos más avanzados o recurrentes, es necesario recurrir a un tratamiento profesional.
Cuando la uña encarnada es más grave o no responde a las medidas higiénicas iniciales, puede mejorar bastante con infiltraciones en la consulta con medicamentos antiinflamatorios.
Si no mejora con este primer tratamiento infiltrativo, o en aquellos casos más severos con pliegues muy inflamados y cuando ha habido varios episodios de infecciones, debemos recurrir al tratamiento quirúrgico.
Estos procedimientos, realizados generalmente bajo anestesia local, consisten en la extracción parcial de la porción de la uña afectada y la matriz ungueal.
Este tratamiento consiste en retirar únicamente la parte de la uña que está encarnada causando molestias. Bajo anestesia local, el especialista corta cuidadosamente el borde lateral de la uña afectada. Este procedimiento es ideal para casos moderados y no precisa de tiempo de recuperación. Es útil cuando queremos tomar muestras de la uña para hacer cultivos de hongos.
Este procedimiento es el más frecuente. Consiste en extirpar la lámina ungueal lateral (la zona de la uña que se clava) y además destruir o cauterizar el cuerno de la matriz ungueal del lado afectado. Este procedimiento se denomina matricectomía, y lo que consigue es que ese borde lateral de la uña no crezca nunca más.
Las matricectomías pueden ser químicas, cuando aplicamos fenol tópico para quemar la matriz, o quirúrgicas, si se extirpa la matriz ungueal con bisturí. En ocasiones podemos realizarlo también con láser de Co2 o con bisturí eléctrico y así cauterizar la matriz. Es una solución permanente y efectiva para problemas graves. El tiempo de recuperación varía 3-10 días dependiendo del método utilizado.
La avulsión completa de la lámina ungueal es un procedimiento que no debe hacerse de forma habitual y que hoy en día sólo tiene indicación en: casos con uñas muy deformadas y gruesas, en las retroniquias, y si es necesario exponer el lecho ungueal para hacer biopsias de esa zona.
En Dermaniac, somos especialistas en dermatología quirúrgica y contamos con las técnicas más avanzadas para resolver problemas como uñas encarnadas de manera eficaz y segura.
Si estás lidiando con molestias persistentes o infecciones recurrentes debido a una uña encarnada, no lo dejes pasar.
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